Presentación del método de rehabilitación vestibular
La neurofisiología nos ha enseñado que el sistema vestibular es el sistema maestro
Inmediatamente después de la lesión, el sujeto es incapaz de permanecer sentado, y mucho menos de pie. Para un observador experimentado, este sujeto presenta una particularidad destacada: si es posible ponerlo en posición sentada, es incapaz de mantener la cabeza vertical. La cabeza se flexiona o se inclina hacia un lado. Toda tentativa de enderezarla resulta casi imposible. Si se examina la fuerza muscular segmentaria del sujeto tumbado, no se aprecia nada de particular. Después de haber conseguido, por medio de la rehabilitación vestibular, colocar la cabeza en posición vertical, podemos finalmente intentar la verticalización. Se mantiene sentado o de pie por medio de la contracción voluntaria de los músculos extensores. Permanecer de pie e inmóvil es posible a costa de una contracción voluntaria y consciente de los extensores de las extremidades inferiores. El sujeto puede desplazarse, asistido por ayudas para la marcha, pero con las piernas rígidas. En ese caso, se puede comprobar que, a pesar de disponer de una fuerza muscular intacta y una propiocepción eficaz, el sujeto no puede utilizarlas.
Pero regresemos a la cabeza: si pedimos al sujeto sentado en una silla con apoyacabezas que cierre los ojos, la cabeza se inclina hacia delante y el sujeto se pliega sobre sí mismo. Esto obliga a que en su casa haya que dejar siempre una luz encendida.
Ya no dispone de la capacidad de comparación y adaptación de las informaciones. Esto demuestra que, a pesar del buen estado de las entradas distintas de la entrada vestibular, el sujeto está gravemente incapacitado.
Consideremos ahora el caso de un seccionamiento del nervio vestibular tras una cirugía de un Ménière incapacitante o de exéresis de un schwannoma del acústico. En postoperatorio, el sujeto presenta fotofobia, náuseas con vómitos agudos por los movimientos de la cabeza. El nistagmo de destrucción está presente en todas las posiciones de la mirada. Cuando se intenta verticalizar al sujeto, se observa una inclinación lateral de la cabeza ipsilateral al oído afectado. Es posible permanecer de pie, pero con un incremento de la desviación postural. Después de unos días, la cabeza se endereza, resulta posible andar y el nistagmo solo aparece en la posición intermedia de la mirada.
A continuación, consideremos el ejemplo de un déficit periférico unilateral. El sujeto describe un episodio de vértigo agudo con náuseas y vómitos, imposibilidad de mover la cabeza sin provocar el vómito y, por supuesto, imposibilidad de mantenerse de pie. Al cabo de tres días, los vértigos cesan, el sujeto puede por fin ponerse de pie, pero presenta problemas serios de equilibrio en la oscuridad. Estos problemas de equilibrio se caracterizan por una laterodesviación ipsilateral al oído lesionado. En el nivel vestibulocular, se observa un nistagmo espontáneo que gira contralateralmente hacia el oído lesionado, indicativo del déficit vestibular.
¿Qué conclusiones se pueden extraer de estas observaciones?
La compensación plurimodal central de un déficit periférico se produce con bastante rapidez.
La rapidez de la puesta en marcha de un programa de rehabilitación es importante para la calidad de la recuperación y la rapidez con la que el sujeto puede retomar la actividad.
Sin los centros no se puede generar ninguna compensación.
En afecciones que en apariencia son idénticas existen tantos comportamientos como sujetos. Por lo tanto, la rehabilitación se adapta a cada sujeto. No existe ningún estándar.
En el plano de rehabilitación, se puede afirmar que:
hasta que la mirada no esté estabilizada, no sirve de nada hacer ejercicios de propiocepción en plataformas móviles.
la autorrehabilitación no es de gran utilidad, pero la actividad permite mantener lo que ya se haya adquirido.
para realizar RV, hace falta poder activar un reflejo a través de un estímulo exterior. Es necesario tener y utilizar material adaptado.
los conflictos son responsables de la retención de los procesos de compensación. La restricción sensorial retarda la compensación.