Material empleado para la exploración y la rehabilitación vestibular: silla giratoria compatible con Altas Frecuencias
La silla giratoria es una herramienta indispensable para la rehabilitación vestibular. Se trata de una silla cuyo eje de rotación pasa por el eje vertical de rotación de la cabeza. La rotación de la silla debe ser lo más suave posible. Dicho de otra forma, debe reducirse al mínimo el rozamiento para poder hacer girar la silla con la mínima energía posible a velocidades variables de 10°/s a más de 400°/s sin sacudidas.
Debe ser cómoda, permitir que el paciente se sujete para soportar velocidades elevadas y contar con un reposacabezas para evitar cualquier movimiento inútil de la cabeza. Debe tener un cinturón de seguridad, un reposapiés equipado con un dispositivo que permita evitar que las piernas del paciente se desplacen cuando la silla gire a gran velocidad.
Debe instalarse sobre una base que le proporcione una gran estabilidad, independientemente de:
- la velocidad de rotación;
- el impulso que se le dé para hacerla girar;
- la posición que pudiese adoptar el paciente en la silla.
La silla es el lugar donde se desarrolla toda la sesión; sirve de asiento durante la entrevista clínica y se utiliza para realizar tanto las pruebas como la rehabilitación.
Movimientos durante una rotación en sentido horario (1): el líquido endolinfático se desplaza en sentido contrario (2).
La fase lenta del nistagmo se produce en el sentido del flujo de los líquidos (3)
La sacudida rápida (4) en sentido contrario.
El signo positivo (+) indica el lado estimulado durante esta rotación.
(en Explor. funcionales en ORL Courtat et al. Masson Ed)
La observación del nistagmo espontáneo o provocado se efectúa con lentes de aumento. Estas lentes han evolucionado. Los primeros modelos o lentes de Bartels estaban equipadas con lentes de aumento para aumentar el tamaño del ojo. Han evolucionado hasta las denominadas lentes de Frenzel. Siguen teniendo las mismas lentes de aumento, pero están montadas en una montura envolvente en cuyos laterales se han fijado dos luces pequeñas que iluminan el ojo. Estas luces están fijadas tan lateralmente que no son realmente visibles por el paciente a no ser que el ojo esté en una posición muy excéntrica. Estas lentes deberían facilitar la observación y, gracias al aumento, permitir apreciar los movimientos oculares de poca amplitud. Por otra parte, tienen la finalidad de impedir cualquier fijación ocular y, por consiguiente, evitar la inhibición de la respuesta nistágmica de origen periférico.
La miniaturización y la evolución tecnológica han permitido utilizar una pequeña cámara de videovigilancia que graba imágenes en infrarrojos, que no son visibles por el ojo humano (Erik ULMER). La instalación de estas cámaras en una montura apropiada que permite trabajar en total oscuridad ha hecho posible eliminar cualquier tipo de retorno visual. Estas gafas de vídeo, con la ayuda de un monitor, permiten observar los movimientos oculares del paciente al tiempo que este no ve nada más que oscuridad completa. Esta herramienta nueva ha supuesto un gran avance en la observación de los signos provocados por una anomalía en la cadena vestibular.
En efecto, la ausencia de retorno visual ofrece un aumento de la sensibilidad de observación y una disminución del umbral de respuesta a una estimulación. De esta forma, al colocarle una máscara de vídeo al sujeto desde que se sienta, es posible observar un nistagmo espontáneo vertical inferior, que no es sino la consecuencia del movimiento vertical descendente que este realiza al sentarse. La mejora de las prestaciones de la herramienta debe ir emparejado con el aumento de las competencias del observador si se pretende encontrar algo más que sujetos con patologías.
Esta herramienta ha permitido establecer un protocolo de evaluación de la función canal-ocular. Esto permite afirmar que en la RV se actúa en función de lo que se observa cuando el sujeto está presente. Esta precisión en el enfoque terapéutico permite adaptar mejor las maniobras al estado del sujeto y vincular los signos con los síntomas. Este protocolo de evaluación incluye:
- la observación de signos espontáneos en todas las posiciones de la mirada;
- la observación de los movimientos en contrarrotación ocular;
- la prueba de rotación de impulso a velocidad constante;
- la prueba de rotación rápida de la cabeza;
- la prueba de control del reflejo somato-ocular axial.
Esta herramienta también es utilizada por los ORL para las pruebas de oculometría. Se trata de una barra metálica en la que se instalan diodos electroluminosos. Estos diodos se montan unos junto a otros y se controlan por medio de una memoria EPROM de forma que se puedan reproducir los distintos movimientos oculares. Estos movimientos son:
- sacadas aleatorias tanto en tiempo como en amplitud;
- movimientos de seguimiento lento con velocidades variables de 10°/s a 90°/s. El seguimiento puede ser sinusoidal o triangular.
- rampas; es decir, un semiseguimiento en un sentido o en el contrario, de forma sinusoidal o triangular.
Esta barra se emplea para el tratamiento de los movimientos combinados de la cabeza y los ojos. Se puede utilizar en kinesioterapia convencional para movilizar el raquis mediante el uso de una programación diferente de la que se emplea habitualmente.
En los distintos laboratorios de investigación o de exploración de la función vestibular, el generador optocinético estaba formado por un gran tambor en el centro del cual se coloca la silla giratoria de exploración. En la pared del tambor se colocan barras de pruebas verticales. Desde la perspectiva del sujeto objeto de la exploración, cuando el tambor gira sobre su eje vertical, presenta una alternancia de barras verticales negras y blancas que este debe mirar.
Hemos demostrado que para activar el reflejo optocinético, hay que estimular todo el campo visual y que el sujeto debe estar de pie para que este reflejo muestre sus anomalías. A fin de estimular todo el campo visual y tras numerosos intentos, encargamos la creación de un planetario para instalarlo en la sala empleada para llevar a cabo las exploraciones y la rehabilitación. El planetario es una bola recubierta de orificios que forman entre sí un ángulo de unos 7°. Este valor corresponde aproximadamente al ángulo de las pruebas de tambores anteriores. De hecho, este valor es útil para los cálculos, pero no para la exposición con fines de rehabilitación. Este planetario se instala en un sistema de tres ejes que permite todas las combinaciones posibles del patrón de presentación de las pruebas. La velocidad de rotación del planetario respecto a su propio eje debe poder ir desde unos pocos grados por segundo hasta 120°/s. La presentación de las pruebas debe ser perfectamente armoniosa, sin sacudidas, sea cual sea la velocidad empleada. El generador debe poder colocarse de forma que, cuando el ojo haga el seguimiento de las pruebas, la ganancia sea igual a uno. Se debe situar al sujeto a una distancia mínima de dos metros de la pantalla más próxima. La sala en la que se lleva a cabo la estimulación debe estar totalmente a oscuras y la pantalla situada delante de los ojos no debe tener detalles que atraigan la mirada.